Es hora de la vuelta al cole, y los padres envían a los niños a cursar nuevos cursos, afrontar nuevos retos y experiencias. Debido a que los niños comienzan una nueva situación de aprendizaje, los padres deberían ser precabidos y estar atentos a posibles problemas de visión.
Un nuevo curso, con nuevas demandas visuales, puede provocar la aparición de algunos problemas y que se vuelvan sintomáticos. Nuevos retos junto con aceleradas adaptaciones al nuevo curso, e incluso, el uso de ordenadores, pueden provocar un fallo en el sistema visual si el niño tiene un problema visual no detectado.
Como padres o madres, al igual que los profesores de tu hijo, serás la primera persona en notar estos problemas. Por lo que se deberías estar extremadamente vigilante en detalles que puedan hacer sospechar de un posible problema de visión:
El niño podría:
- Venir del colegio extremadamente fatigado, incluso aunque haya comido y bebido correctamente.
- Presentar una mala caligrafía y apuntes desorganizados.
- Quejarse de no poder mantener enfocado un libro, o encontrar la lectura extremadamente aburrida.
- Experimentar mareos, dolor de cabeza u ojos fatigados.
- Frustrarse facilmente.
- Mantener los libros muy cerca de la cara mientras lee.
- Distraerse facilmente.
- Negarse a leer aunque antes haya sido un buen lector.
Informar a los profesores de tu hijo sobre estos puntos debería hacerse por si pudiera manifestar estos síntomas en clase y no en casa.
Recuerda que. a menudo, es después del primer mes de clase cuando éstos síntomas aparecen.
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